Renart en el pozo

Había una vez un goupil que se llamaba Renart. Estaba en el fondo de un pozo. Un lobo que se llamaba Ysengrin pasaba al lado del pozo. Renart le pidió ayuda para volver a subir. Ysengrin aceptó. Vio dos baldas, uno al nivel de Renart y el otro a su nivel. Le dijo al Renart que cada uno de los dos se pusieran en una balda. Los dos se pusieron en un balda, Renart subió y Ysengrin bajó. Renart, una vez en la cima, dijo a Ysengrin que era un imbécil y que no debió confiar en él. De pronto Renart se fue corriendo y nunca lo volvimos a ver.

El moraleja de esta historia es que no debes confiar en un desconocido.

Loïc, 1° de ESO

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