En un lugar lejano, muy lejano un animal que se llamaba Orazón dormía y soñaba con su mayor deseo: volverse unicornio. No era un animal como los otros, tenía el cuerpo y la cabeza de un tigre blanco. Además, llevaba unas alas muy grandes y majestuosas con plumas de pavón, sus patas azules eran las de un águila y tenía la cola de un pavón. Orazón era amable y bastante tímido pero todo el mundo tenía miedo de él a causa de su aspecto. Por eso se escondío en su cueva a salvo de las miradas. De repente, oyó un grito. La criatura fue a ver y encontró un ogro que perseguía un unicornio. Orazón iba a su socorro y lo salvó. Para agradecérselo le concedió su deseo y lo transformó en un unicornio con la magia de su cuerno. Ambos se casaron y tuvieron muchos niños. Y colorín colorado este cuento se ha acabado.
Elysa, 1° de ESO
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