La urraca y Alice

Érase una vez, un gatito que se llamaba Pingüino porque era blanco y negro. Vivió una infancia tranquila con Alice su amable ama. Como todos los gatitos, era muy juguetón.

En el jardín de Alice, muchos pájaros anidaban. Un día, una cría de urraca se cayó del nido y Pingüino quiso jugar con ella. Alice pensó que la vida de la urraca estaba en peligro y decidió protegerla de su gato. La metió en una jaula y la llamó Panda. Pero Alice se preguntaba si era mejor dejarla a salvo en una jaula o dejarla volar libre a pesar de los peligros. Entonces, decidió abrir la jaula.

Unos años más tarde, paseaba por su jardín y perdió su medalla. La buscó pero por desgracia no la encontró. Estaba triste cuando, de repente, vio llegar a una magnífica urraca con su joya en el pico. ¡Reconoció a Panda!

Finalmente, Alice se dio cuenta de que Panda le daba las gracias por haberle permitido vivir su vida en libertad.

Louise D., 1° de ESO

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