Llegó el día de la despedida, y con mucha pena decimos adiós a esta maravillosa experiencia. Dejamos atrás a amigos geniales, experiencias, lugares, recuerdos…
Este intercambio nos ha aportado tanto enseñanzas lingüísticas como culturales, ya que no es solo el idioma, sino también impregnarse de la cultura francesa.
Esta mañana nos fuimos a la fábrica y museo de calissons, donde nos enseñaron el procedimiento tradicional de su producción.
Después volvimos al liceo donde comimos y nos despedimos, tras llantos, abrazos y agradecimientos, de todos los que han hecho posible este intercambio.
Sin duda, ha sido una experiencia inolvidable y especial que siempre llevaremos en nuestra memoria.